La Filosofía Política tiene la posibilidad de analizar diversos temas que se relacionan, fundamentalmente, con lo deseable en el ámbito de los gobiernos, las relaciones de poder, el quehacer político y la política en un sentido amplio, no obstante, es conveniente hacer una selección de los temas que resultan más relevantes para su estudio desde la perspectiva de nuestra materia.
Aunque se irán desarrollando en las sesiones subsecuentes, vale la pena identificar algunos que se relacionan con las formas de la organización del poder político y las instituciones sociales, así como mencionar conceptualizaciones que se han hecho sobre ellos.
Algunos de esos temas son el origen y las formas de la organización del poder político, el estudio de las instituciones sociales y la consideración de las normas, principios y valores que las justifican. En este sentido, se iniciará analizando el tema de la política:
Al respecto, Rodrigo Borja señala que la etimología, es decir, el origen de la palabra, remonta a la polis griega, a la que se visualiza como la sociedad política dotada de autogobierno, ya que se consideraba que la política era la actividad propia de la polis, este fue el sentido en el que Aristóteles utilizó la palabra.
A pesar de estar presente desde hace muchos siglos, tampoco tiene una definición universal o única, por ello es que a continuación se mencionarán algunas de las definiciones o conceptualizaciones más relevantes que se han hecho y que retoma el mismo autor:
Los tratadistas clásicos solían afirmar que ella es, al propio tiempo, una ciencia y un arte. Ciencia en cuanto implica el conocimiento y el estudio sistemático de los fenómenos del Estado y de las asociaciones políticas anteriores o coetáneas a él; y arte, en la medida en que envuelve una técnica del manejo de los asuntos estatales, a fin de controlar y conciliar los intereses diversos y con frecuencia contrapuestos que bullen dentro de la sociedad. (Borja, 1997: 766)
También menciona que para algunos autores, la política es la “ciencia de la síntesis”, ya que integra o conjunta conocimientos de otras ciencias que están relacionadas con el hombre y la sociedad, al tiempo de constituirse en la ciencia de la conciliación de intereses contrarios “para dar unidad, en medio de la diversidad, al cuerpo social”. Asimismo, hace notar que cada persona quisiera tener su propia manera de vivir, aunque al mismo tiempo, le resulta necesario vivir en sociedad, por tanto, la política busca conciliar o equilibrar estas dos pretensiones importantes.

Retomando lo anterior, refiere que varios autores coinciden en señalar que la política es fundamentalmente poder, ya que ni la integración de ciencias ni la conciliación sociales pueden lograrse sin el poder, acotando que este poder se encuentra dentro de una sociedad y un territorio determinados. Por tanto, se dice que el poder actúa al servicio de la sociedad y que su primera pretensión es el orden. “Las luchas políticas son luchas para alcanzar el poder y conservarlo. Y realizar con él el orden social que se considera adecuado.” (Borja, 1997: 767)
Otro autor renombrado, Carl Schmitt, sostenía que la política es una relación amigo-enemigo, es decir, que constantemente hay una contraposición o un enfrentamiento entre dos ideas u opiniones relacionadas con los temas de interés público y que cuando genera controversia de cierto nivel, se convierte en un tema político.
En contrario al planteamiento de que la política es una ciencia de la síntesis, Giovanni Sartori propuso un análisis de la política, desagregando elementos sociales, económicos, éticos y religiosos de la política. Consideró que así como Aristóteles habló de un zoon politikon, debía hablarse de otros tipos de hombres: económico, militar, religioso, etc.
En algo que coinciden distintos autores que han analizado la política, es en que se trata de conceptos y conocimientos que se refieren a la realidad social y a la aplicación de ellos a situaciones concretas, por tanto, aseveran que la teoría y la práctica políticas van juntas.
A pesar de que se ha estudiado desde hace mucho tiempo, se estima que en la actualidad debe redimensionarse su aspecto ético, ya que al amparo del quehacer político se realizan actividades que se alejan de la pretensión del bienestar social o comunitario, por lo que algunas personas tienen un concepto negativo de la política y de quienes se dedican a ella.
En cuanto a otro concepto que es conveniente analizar a la luz de la
Filosofía Política, el gobierno, Rodrigo Borja (2018) señala que:
esta palabra y sus derivaciones como gobernar, gobernación, gobernanza, gobernabilidad, etc., provienen del griego kubernés, que significa “navegante”, “timonel” o “conductor” de una nave. Fue de allí que los latinos crearon el verbo gubernare, que ha originado los vocablos españoles “gobernar”, “gobernante”, “gobierno”, “gobernación”, “gobernador”, “gubernativo”, “gubernamental”. (Borja, 2018)
Se dice que el gobierno es la función de conducir a las personas y administrar las cosas del Estado, o bien, que es el conjunto de los órganos que la cumplen. También se menciona que la tarea de gobernar comprende dos grandes fases: conducir personas y administrar cosas.
Entre diversas definiciones de gobierno, se puede mencionar la que propuso Domingo Faustino Sarmiento, quien consideró que es el trabajo que se realiza en beneficio ajeno.
Desde la óptica jurídica y de la teoría general del Estado, se considera que el gobierno es uno de los elementos constitutivos del Estado, junto con el territorio y la población.
Esto permite que se aborde otro tema importante, el poder político, con el que se hace alusión a la voluntad dominante dentro del Estado, capaz de hacerse obedecer, ya que se dice que el conjunto de los órganos que ejercen esta voluntad, se denomina gobierno.

En distintos momentos y lugares, se ha estimado que el gobierno es un elemento indispensable en toda organización social, independientemente del tamaño que posea. Solo los movimientos y personas anarquistas se apartan de este pensamiento, ya que dicen que la autoridad es innecesaria en los grupos humanos, e incluso puede causar daño al grupo, por lo que es mejor que se suprima donde tenga presencia.
Por otra parte, la legitimidad “es la justificación ética del origen del poder, del ejercicio del mando político, de la procedencia y aplicación de la ley o de cualquier otro acto de la autoridad pública” (Borja, 1997: 576)
Esto ha sido diferente en el transcurso del tiempo, en la época medieval, por ejemplo, el reconocimiento para detentar el poder estaba dado por la sucesión hereditaria de la corona, actualmente, en la mayoría de Estados se considera que la democracia es lo que da legitimidad al poder.
La importancia de que el poder sea legítimo o esté legitimado estriba en que el poder legítimo obliga moralmente a la obediencia, el ilegítimo no. La legitimidad deriva de los principios que están contenidos en las convicciones ético-políticas de la comunidad. Así, por ejemplo, quienes creen en los fundamentos monárquicos considerarán que es legítimo el poder ejercido por el miembro de la dinastía que las normas de sucesión de la corona determinan, mientras que quienes son proclives al republicanismo considerarán que solo es legítimo el gobierno que provenga de la voluntad popular electoralmente expresada.
En los postulados marxistas se plantea que solo sería gobierno legítimo o autoridad legítima, el poder que surge a través de la revolución y refleja la voluntad del proletariado. Los grupos de corte fascista, consideran que solo puede ser legítimo el gobierno de las élites predestinadas al ejercicio del mando social.
Tomando en consideración lo anterior, se puede inferir que cada cultura o corriente política, con base en su manera de ver el mundo, puede tomar una perspectiva propia sobre lo que considera legítimo, lo cual también se estudia porque se ha tratado de entender de dónde proviene la facultad de algunas personas para detentar el mando y la proclividad de otras personas –generalmente grupos más numerosos- de obedecer a quienes mandan o respetar las decisiones que toman otras personas o grupos.
Otro aspecto importante a tomar en cuenta, es que algunos gobiernos pueden ser legítimos en sus inicios y durante su ejercicio pueden ir perdiendo legitimidad, debido a factores como el autoritarismo, el abuso del poder, una visión patrimonialista, la corrupción, la ineficacia, la negligencia o ineficiencia en el ejercicio del poder.
También puede ocurrir lo contrario, es decir, que un gobierno en principio considerado ilegítimo, alcance su legitimidad, como ha ocurrido con los gobiernos que surgen de movimientos revolucionarios.
Es conveniente precisar que no necesariamente lo legítimo es legal, ni lo legal forzosamente puede considerarse legítimo: se dice que lo legal es lo que se encuentra conforme a la ley, aunque la ley puede ser considerada ilegítima si su instauración se debe a intereses personales o minoritarios. La legitimidad, por su parte, quiere decir que algo se ajusta a los principios éticos o de valores sociales, mayoritariamente aceptados.
Otro concepto importante para la materia es la libertad, el cual también ha tenido diversas conceptualizaciones, entre las que destacan las siguientes:
Para los antiguos griegos, el concepto de libertad hacía referencia a que las personas no estuvieran esclavizadas, es decir, que no estuvieran sometidas a la voluntad de otra u otras personas. Así, se puede entender que al ser libres, las personas podían actuar de acuerdo a sus deseos o voluntad, podían escoger, decidir, aunque siempre en un marco de responsabilidad con la persona misma y la comunidad.
Algunos autores aluden a que la libertad, entendida como la posibilidad de elegir y hacer por uno mismo, dependía también de una inspiración u orientación divina, lo que lleva al análisis y discusión del libre albedrío.
Algunos teólogos católicos consideraban que todo actuar del hombre estaba previamente establecido por una cuestión divina, es decir, sostenían que en realidad las personas no son libres, ya que aun cuando actuaran en ejercicio de su libertad, en realidad estaban actuando en cumplimiento de la voluntad divina, tal es el caso de Agustín de Hipona.
En contraposición a este planteamiento, Pelagio, un monje británico, dijo que la especie humana tenía libertad para elegir el camino hacia Dios u otro, lo que provocó que fuera declarado hereje por los papas Inocencio I y Zósimo.
Ante la dificultad de conciliar entre estas posturas, un prelado católico francés de nombre Jacques-Bénigne Bossuet, planteó la idea de que el libre albedrío y la predestinación divina son verdades que deben aceptarse, aunque haya quienes consideren que no tienen lógica.
Rousseau planteó que la libertad solo puede darse en el estado de sociedad, esto es, de acuerdo con él, solo cuando las personas han decidido renunciar a parte de sus libertades y derechos para poder convivir con otras personas y buscar fines comunitarios, es que se puede hablar de una auténtica libertad que permite el crecimiento y desarrollo comunitario que favorece a todas las personas que integran el grupo social o la comunidad.
Continuando con las definiciones que se han propuesto para la libertad, Borja (1997: 590) menciona:
Este concepto se consagró en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano aprobada en Francia el 26 de agosto de 1789: “la libertad consiste en poder hacer todo lo que no dañe a otro” de modo que “el ejercicio del derecho natural de cada hombre no tiene más límites que aquellos que aseguran a los demás miembros de la sociedad el goce de los mismos derechos”
Otro concepto importante para la materia es el de Estado de Derecho, con el que se hace referencia a una medida eficaz para que tanto ciudadanos como gobernantes se encuentren sujetos a lo que señalan las leyes, el principio de división de poderes, el respeto a los derechos humanos, la seguridad jurídica, entre otros mecanismos que permiten que cada persona ejerza un conjunto de derechos con la certeza de que no dañan a alguien más y que tampoco alguien más le causará afectación alguna.
Ahora bien, algunos autores coinciden en señalar que una de las cuestiones que más se abordan en la Filosofía Política es una constante lucha o conflicto entre la libertad de cada persona y el orden deseable en el grupo social, que en distintos tipos de Estado y en distintos momentos han sido diferentes, pues en algunos se ha privilegiado el fortalecimiento de la autoridad, mientras que en otros se busca fortalecer el sistema de libertades de las personas.
Esto conduce al análisis de otro concepto clave: la igualdad. En la antigua Grecia se decía que los hombres debían ser libres e iguales para que pudiera darse un régimen democrático, sin embargo, con posterioridad se empezó a plantear que en la medida en que se daba mayor libertad a las personas se observaba una creciente desigualdad y que en la medida en que crecía la igualdad se perdía libertad. Es decir, se empezó a notar una cierta incompatibilidad entre estos conceptos, a pesar de que lo deseable era que ambos se desarrollaran paralelamente.
Milton Friedman consideró que “una sociedad que priorice la igualdad por sobre la libertad no obtendrá ninguna de las dos cosas (mientras que) una sociedad que priorice la libertad por sobre la igualdad obtendrá un alto grado de ambas” (Borja, 2018).
En el caso del socialismo, plantea que solo puede ser verdaderamente libre el hombre que tiene los medios económicos para serlo. El marxismo postula que la verdadera libertad solo podrá darse con la instauración de la sociedad sin clases, cuando los medios de producción dejen de pertenecer a particulares y sean propiedad del Estado.
Algunos autores consideran que la caída del Muro de Berlín, la terminación de la Guerra Fría y la pérdida de espacios y adeptos del socialismo, se dio un proceso de revalorización del concepto de libertad, ya que un número importante de personas que vivieron el socialismo, consideraron que los planteamientos de este sistema en cuanto a seguridad económica y justicia social, deben ir acompañados de la libertad política, derecho a disentir, la posibilidad de expresar otras opiniones y una participación libre en la vida de la comunidad.
Estos y otros temas, se continuarán desarrollando en las siguientes sesiones.
ACTIVIDAD Con base en la lectura elabore un mapa conceptual en el que destaque los temas que identifica como primordiales de la Filosofía Política.
Borja, R. (1997). Enciclopedia de la Política. México: Fondo de Cultura Económica
Borja, R. (2018). Gobierno en Enciclopedia de la Política. Recuperable en https://www.enciclopediadelapolitica.org/gobierno/
Borja, R. (2018). Libertad en Enciclopedia de la Política. Recuperable en https://www.enciclopediadelapolitica.org/libertad/
Botero, J., et al (2004). Estudios de Filosofía Política. Universidad Nacional de Colombia. Universidad Externado de Colombia. Recuperable en https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/2959
Orellano, J. (2010). ¿Qué es filosofía política? de Leo Strauss. Apuntes para una reflexión sobre el conocimiento político. Politeia, vol. 33, núm. 45, Caracas, Venezuela: Universidad Central de Venezuela
Zamitiz, H. (2016). La Filosofía Política, componente fundamental de la Ciencia Política: significados, relaciones y retos en el siglo XXI. Estudios Políticos, novena época, núm. 38, México: Centro de Estudios Políticos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México