11. Retórica 1SB

La retórica es el arte de persuadir a un público a través de las emociones y los sentimientos.

Jung propone que el auditorio se identifica con el discurso, lo que provoca una empatía automática con las voces prototípicas que reconoce como propias.

La retórica se originó en Grecia, debido a los juicios a los ciudadanos que debían defenderse a sí mismos, en consecuencia surgieron maestros de este arte/ciencia. Podemos mencionar también la aparición de los logógrafos, que construían discursos para una tercera persona que era llevada a un juicio. Además florecieron los maestros de oratoria, ya que la citada defensa se realizaba de manera oral.

El gran maestro de la retórica, sin duda, es Aristóteles, quien la concebía como la facultad de conocer en cada caso aquello que puede persuadir.

Para construir un discurso retórico efectivo hay que cumplir con los siguientes requisitos

  • unidad, las partes deben guardar correspondencia con el todo
  • orden lógico, el discurso debe estar hilado
  • progresión, el discurso debe desarrollarse de manera creciente
  • énfasis, se debe identificar partes importantes del discurso y resaltarlas

El discurso deberá estar dispuesto en tres partes: el exordio, el cuerpo medio y la conclusión. El primero es similar a una introducción, la pretensión o el problema deberá quedar claro, debe ser breve y debe cautivar al público. El segundo, presenta los argumentos y los datos con los que se pretende convencer al auditorio, hace uso de emociones y sentimientos para mover las improntas que se encuentran grabadas en el cerebro de los escuchas y respalda al exordio. Finalmente, la conclusión es un puente entre el exordio y el cuerpo medio. Deberá clarificar si se logró la pretensión y deberá cerrar el discurso de manera emotiva y contundente.

Sabremos si un discurso retórico fue exitoso en función de la persuasión lograda en el auditorio.