El divorcio, aparente o real, entre la teoría y la investigación empírica ha conducido a la adopción de dos enfoques que, en lugar de complementarse, algunas veces se manejan aislados y, en otras, se contraponen al explicar e interpretar la realidad social. En un extremo se encuentran los teóricos que permanecen encerrados en su torre de marfil e ignoran o menoscaban los aportes de la investigación empírica para enriquecer y consolidar sus concepciones teóricas.
En el lado opuesto, se localizan aquellos individuos que «equipados con un cuestionario y un lápiz se entregan con pasión a la caza de estadísticas aisladas e insignificantes» (Robert K. Merton, Teoría y estructuras sociales, sin que sus investigaciones estén debidamente sustentadas en un marco teórico de referencia. A esto hay que agregar que los fenómenos que analizan no se ubican, frecuentemente, en el contexto socioeconómico y político respectivo.
Ante este panorama, reviste especial importancia encontrar un adecuado equilibrio entre estas dos posturas con el propósito de que la investigación se realice con el debido rigor científico. ·Para lograr lo anterior, es necesario estar plenamente conscientes de que la teoría debe orientar la investigación empírica y ésta, a su vez, confirmar, reformular o transformar los sistemas teóricos.
Este permanente enlace ha permitido a las ciencias obtener hallazgos más significativos para su desarrollo. Las hipótesis son el instrumento que hace factible esa conexión.
Constituyen un puente entre la teoría y la investigación empírica y, sin duda, han
contribuido a encauzar y acelerar el avance de las ciencias.
Es necesario destacar, pues, que «la ciencia no se reduce a registrar o a acumular simplemente hechos, sino que, ante todo, busca su sistematización, generalización e interpretación» (Kedrov y Spirkin, La ciencia, p. 16), a través de· la comprobación de los cuerpos hipotéticos.
Las hipótésis en la investigación no se limitan, por lo tanto, a orientar sólo la compilación de los datos, sino además, y fundamentalmente, buscan establecer relaciones significativas entre fenómenos o variables, apoyándose en el conjunto de conocimientos organizados y sistematizados. Para comprender mejor la función de las hipótesis en el trabajo científico es necesario señalar que no toda conjetura o suposición es una hipótesis científica, pues si así fuera se le restaría a ésta el poder que tiene como instrumento metodológico en el proceso de investigación y en el desarrollo de la teoría. Al respecto Kopnin señala que:
La suposición, por sí sola, tomada aisladamente, no desarrolla el conocimiento acerca dé/ objeto. Cumple su función sólo si está relacionada con el conocimiento anterior … el valor heurístico de la hipótesis radica en que reúne lo ya conocido con lo nuevo, con lo que se busca (P. V. Kopnin, Hipótesis y verdad.
En resumen, puede decirse que una hipótesis científica es aquella formulación que se apoya en un sistema de conocimientos organizados y sistematizados (fundamentos teóricos y empíricos), en la que se establece una relación entre dos o más variables para explicar y predecir, en la medida de lo posible, los fenómenos que le interesan en caso de que se compruebe la relación establecida. En la práctica, muchas hipótesis de investigación se construyen en un primer momento sin los elementos teóricos y empíricos suficientes o pertinentes. A este tipo de hipótesis se les denomina hipótesis de trabajo, las cuales son superadas dialécticamente, como se expuso en el capítulo anterior.
A medida que se profundice en el análisis del problema, las hipótesis serán más objetivas. En el campo de las disciplinas sociales existen problemas teórico-metodológicos para probar las hipótesis surgidas en una investigación. Por un lado, el todavía escaso desarrollo teórico que se observa en varias disciplinas sociales y, por el otro, el hecho de trabajar con grupos humanos cuyo comportamiento no sigue patrones uniformes dificulta generalizar los resultados y mantener su validez por mucho tiempo. Por ello, la búsqueda de relaciones significativas entre fenómenos se realiza, por lo general, para situaciones concretas y en universos reducidos. Estos hechos caracterizan el planteamiento de hipótesis en la investigación social, así como los procedimientos para verificarlas, como se verá en los próximos apartados. Tipos de hipótesis Las hipótesis que se formulan en la investigación social son de tres tipos: l. Hipótesis descriptivas que involucran una sola variable. Se caracterizan por señalar la presencia de ciertos hechos o fenómenos en la población objeto de estudio. Ejemplo: «Las personas marginadas de la ciudad de México tienen, por lo general, una baja participación política».
La variable de esta proposición es: nivel de participación política. Estas hipótesis son simples afirmaciones sujetas a comprobación y no permiten explicar los hechos o fenómenos en cuestión. El único valor de dichas hipótesis es probar la existencia de una característica o cualidad en un grupo social determinado, y abrir el camino para sugerir hipótesis que expliquen la presencia de los fenómenos.
La forma de probar este tipo de hipótesis es muy simple. Bastará observar si la variable estudiada, a través de sus indicadores, se presenta significativamente en la población objeto de estudio, utilizando por ejemplo, porcentajes, tasas, o mediante la observación directa del fenómeno.
2. Hipótesis descriptivas que relacionan dos o más variables en forma de asociación o covarianza. En este tipo de hipótesis un cambio o alteración en una o más variables independientes va acompañado de un cambio proporcional, en sentido directo o inverso, en la variable dependiente, pero la relación que se establece no es de causalidad. La mejor manera de plantear este tipo de hipótesis es la siguiente: «A mayor o menor X …, mayor o menor Y’;. Estas proposiciones tampoco permiten explicar los fenómenos, pues la relación que se establece es de asociación. También reciben el nombre de hipótesis estadísticas. Ejemplos de este tipo de hipótesis son:
a) A mayor nivel de ingresos de la población, mayor nivel de escolaridad de la misma;
b) A mayor participación política de la población, menor marginación social de la misma. La relación que se establece en este tipo de hipótesis no es causal como se dijo anteriormente, porque ambas varia bies, en cada una de las hipótesis mencionadas, pueden ser causa y efecto a la vez, por ejemplo:
Mientras menor sea la marginación social, mayor será la participación política. Este tipo de hipótesis representa en varias ocasiones el primer paso para establecer hipótesis de relación causal. Los procedimientos para verificarlas son:
a) mediante el cruzamiento de los ítems o preguntas que se formulan en un cuestionario o cédula de entrevista, los cuales exploran los indicadores y variables de las hipótesis, y
b) relacionando la información estadística (tasas, porcentajes) referente a los fenómenos o variables en cuestión. Efectuado esto se procederá a emplear procedimientos estadísticos para probar las hipótesis (vid. el apéndice: «Técnicas estadísticas en la investigación social»).
Hipótesis que relacionan dos o más variables en términos de dependencia. Estas hipótesis son de relación causal y permiten explicar y predecir, con determinados márgenes de error, los procesos sociales. Tales hipótesis, por las características mencionadas, adquieren especial importancia en el campo de la investigación social, ya que si un fenómeno puede explicarse y además predecirse, aunque sea a nivel de tendencia, podremos entonces influir en el curso de los acontecimientos, controlando racionalmente los procesos de transformación de la realidad. Las dificultades que presenta el estudio e interpretación de la realidad social, debido a su complejidad, ha sido un factor determinante para que la generalidad de las hipótesis reduzca sus hallazgos a situaciones específicas y condicione sus predicciones a la presencia o ausencia de determinadas circunstancias.
Por otro lado, puede decirse que el concepto de causalidad social encierra distintos significados según sea la corriente filosófica y, consecuentemente, el paradigma teórico-metodológico que se utiliza en la investigación. Si nos situamos en la perspectiva de la dialéctica materialista la causalidad social adquiere otra interpretación diferente (v id. el capítulo anterior) en comparación con la que se observa dentro de la corriente positivista y sus expresiones concretas ( funcionalismo y conductismo ). De acuerdo con esta última perspectiva de análisis, puede señalarse que para establecer hipótesis de relación causal se requiere cumplir con las siguientes condiciones:
a) Existencia de variación concomitante (covariación), esto es, si varía la variable causal o independiente habrá un cambio en la variable efecto o dependiente de acuerdo con la tendencia señalada por la hipótesis;
b) La covariación establecida no es producto de otros factores «extraños» o aleatorios, por lo que la relación establecida entre las variables sucede efectivamente en la realidad, y
c) La variable causal o independiente ocurre antes que la variable efecto o dependiente.
Las hipótesis descriptivas que relacionan dos o más variables en forma de asociación o covarianza pueden reunir sólo los dos primeros requisitos. La forma de plantear una hipótesis de relación causal es similar a la señalada en el punto anterior. Un ejemplo de este tipo de hipótesis es el siguiente: «Cuanto mayor es el grado de rechazo emocional de los niños por parte del grupo familiar, tanto mayor será, años más tarde, el índice de delincuencia juvenil en aquéllos».
El método que más se ha fundamentado en la ciencia para someter a prueba una hipótesis de relación causal es el experimento (vid. el capítulo: «Procedimientos para la Prueba de Hipótesis»). Cabe mencionar que este método se puede instrumentar de diferentes maneras según sea: el marco teórico respectivo, la complejidad de los fenómenos que se estudian y las posibilidades y limitaciones que impone la realidad concreta de conformidad con el tipo y cantidad de recursos materiales, financieros y humanos. Los tres tipos de hipótesis pueden referirse a una población abierta o a un grupo social determinado; también pueden comprender uno o varios periodos, así como abarcar un territorio concreto o no tener límites espaciales; sin embargo, para que las hipótesis puedan ser comprobadas empíricamente tienen que reunir los requisitos señalados en el apartado «Forma Adecuada de Plantear las Hipótesis» de este capítulo. Elementos de las hipótesis Las hipótesis contienen tres elementos estructurales:
1. Las unidades de análisis, que pueden ser los individuos, grupos, viviendas, instituciones, etcétera.
2. Las variables, o sea, las características o propiedades cualitativas o cuantitativas que presentan las unidades de análisis.
3. Los elementos lógicos que relacionan las unidades de análisis con las variables y a éstas entre sí.
En la hipótesis: «Cuanto mayor es el grado de rechazo emocional de los niños por parte del grupo familiar, tanto mayor será, años más tarde, el índice de delincuencia juvenil en aquéllos», las unidades de análisis son los niños y el grupo familiar; las variables son: el rechazo emocional (variable independiente) y el índice de delincuencia juvenil (variable dependiente), y los términos lógicos son: cuanto mayor es, tanto mayor será.
Fuentes de las hipótesis de investigación en el proceso de investigación una hipótesis puede surgir de una o varias fuentes. Algunas de ellas son:
l. De la teoría, o sea, del sistema de conocimientos debidamente organizados y sistematizados. A las relaciones que se presentan entre las variables o fenómenos en el cuerpo de teoría suele designárseles hipótesis conceptuales. De éstas se derivan, mediante un proceso de deducción lógica, diversas proposiciones que se denominan hipótesis específicas o empíricas. Por ejemplo: Tenemos el siguiente planteamiento teórico elaborado por Marx (El Capital, t. 1, p. 546): Cuanto mayores son la riqueza social, el capital en funciones, el volumen y la intensidad de su crecimiento, y mayores también, por tanto, la magnitud absoluta del proletariado y la capacidad productiva de su trabajo, tanto mayor es el ejército industrial de reserva.
De esta ley teórica podemos centrar nuestra atención para su análisis profundo en las siguientes hipótesis específicas que se desprenden del planteamiento anterior:
a) «La acumulación del capital supone … un aumento del proletariado » (ibid., p. 518).
b) «El rápido desarrollo de los medios de producción y de la productividad del trabajo, así como de la población productiva, se trueca capitalisticamente, en lo contrario: en que la población obrera crece siempre más rápidamente que la necesidad de explotación del capital» (ibid., p.546). En la investigación social aplicada sucede con frecuencia que los elementos teóricos disponibles son insuficientes o se carece de ellos para plantear las hipótesis sobre los problemas objeto de estudio. También debe tomarse en cuenta el tiempo fijado para entregar los resultados de la investigación, lo cual influirá en la decisión de manejar o no las teorías disponibles para plantear las hipótesis.
Si se presenta esta situación, debe dialogarse con los patrocinadores del proyecto sobre la importancia de analizar el conocimiento teórico existente para fundamentar adecuadamente la investigación.
2. De la observación de hechos o fenómenos concretos y sus posibles relaciones. Aquí las hipótesis se originan a través de un proceso inductivo; es decir, el análisis de las características observadas en un reducido número de hechos y sus relaciones permitirá establecer proposiciones de carácter más general. Por ejemplo, supóngase que un médico de una fábrica encuentra que las personas que más se accidentan son los obreros que están deficientemente alimentados. Esta regularidad en la relación observada le permitirá establecer la hipótesis: «Cuanto mayor es la desnutrición en los obreros, tanto mayor será la probabilidad de sufrir accidentes de trabajo.»
3. De la información empírica disponible. La diferencia con la fuente anterior radica en que el investigador ya dispone de la información, la cual puede provenir de distintas fuentes: investigaciones empíricas realizadas sobre el problema, experiencias que posee el propio investigador, datos recopilados de los informantes clave, análisis de estadísticas, etcétera.
En cualquiera de los casos las experiencias e intuición del investigador juegan un papel relevante para estructurar hipótesis susceptibles de conducir a la solución del problema, así como para aumentar el acervo de conocimientos en la esfera de las ciencias sociales.
En el apartado que sigue se hace mención a las reglas que deben observarse para formular correctamente una hipótesis de investigación; asimismo, en el capítulo XIII se describen algunos procedimientos que el experto social necesita conocer para probar sus hipótesis. Aunque pueden existir diversos métodos o formas de hacerlo, deben seleccionarse el o los más adecuados para que las hipótesis sean sometidas a prueba efectivamente. Para esto hay que tener presente que su comprobación no se realiza utilizando el sentido común al igual que – como se piensa a veces- el fundamentar una hipótesis de ningún modo significa probar científicamente la proposición. Forma adecuada de plantear las hipótesis Frecuentemente el investigador social tiene problemas para probar sus hipótesis debido a que desconoce los procedimientos diseñados para tal propósito o porque aquéllas están enunciadas incorrectamente.
En cualquiera de los casos se verá imposibilitado para probar sus hipótesis, razón por la cual debe poner especial cuidado al plantearlas con el objeto de evitar trastornos en el desarrollo de la investigación, concretamente en la selección de los métodos, la adecuación de las técnicas y la elaboración de los instrumentos para recopilar la información, así como en el diseño de la muestra. Para que las hipótesis puedan ser verificadas empíricamente deben reunir los siguientes requisitos:
1. Las hipótesis deben referirse sólo a un ámbito determinado de la realidad social. Esta especificidad es necesaria, ya que las hipótesis en ciencias sociales sólo pueden someterse a prueba en un universo y contexto bien definidos. Se utilizan, por lo tanto, muestras o poblaciones específicas.
2. Los conceptos de las hipótesis deben ser claros y precisos. En la definición de los conceptos es aconsejable señalar las operaciones o elementos concretos que permitan medir adecuadamente los conceptos que se manejen. En las hipótesis, los conceptos son las variables y las unidades de análisis.
3. Los conceptos de las hipótesis deben contar con realidades o referentes empíricos u observables. Las hipótesis que incluyen cuestiones morales o religiosas pueden ser importantes como parte de la ideología de un grupo social, pero no pueden verificarse.
Por ejemplo: cuanto mayor sea la bondad de los hombres en la tierra, tanto mayor será su recompensa en el cielo.
4. El planteamiento de las hipótesis debe prever las técnicas para probarlas. Muchas hipótesis elaboradas en las ciencias sociales no pueden probarse por falta de técnicas adecuadas. De ahí la necesidad de formular hipótesis que estén relacionadas con técnicas disponibles para su verificación. Cabe mencionar que, en caso de no disponer de procedimientos para tal efecto, el investigador deberá tratar de diseñarlos en función de sus exigencias particulares y en concordancia con su perspectiva teórica-metodológica.
Para tener una idea más clara sobre la forma de estructurar hipótesis susceptibles de verificarse es necesario retomar el problema presentado en el capítulo cuatro, el cual quedó planteado de la siguiente manera: ¿En qué medida influyen los factores socioeconómicos de la población rural que llega a vivir a las «ciudades perdidas» y cinturones de miseria de la ciudad de México, respecto a sus actitudes hacia las normas y patrones socioculturales de los sectores urbanos? En el capítulo cinco se presentaron pautas generales para construir el marco teórico y conceptual del que se deriven una o más variables independientes que den respuesta a la pregunta general formulada en el párrafo anterior.
Supóngase que después de un análisis sobre las diversas teorías y la información empírica utilizadas para encuadrar el problema se elige, mediante un proceso discriminatorio, la variable marginación socioeconómica para explicar las actitudes de rechazo hacia las normas y patrones socioculturales de los grupos urbanos (para dar respuesta al resto de las preguntas específicas formuladas en el capítulo cuatro se requiere establecer las hipótesis respectivas). La hipótesis quedaría entonces formulada de este modo: «Mientras mayor sea la marginación socioeconómica de la población rural que llega a vivir a la ciudad de México, mayor será su rechazo hacia las normas y patrones socioculturales de los sectores urbanos».
Esta hipótesis reúne los cuatro requisitos para que sea sometida a prueba efectivamente:
En primer lugar, se refiere a un universo y contexto específico: población rural que llega a vivir a la ciudad de México. En segundo lugar, las variables (marginación socioeconómica y actitud hacia las normas y patrones socioculturales) y las unidades de análisis (población rural y sectores urbanos) son conceptos claros y precisos y se cuenta con indicadores para medir las variables e identificar las unidades de análisis. En tercer lugar, los conceptos mencionados poseen referentes empíricos, por ejemplo: la marginación socioeconómica puede ser medida por la utilización de servicios públicos, la accesibilidad a la estructura ocupacional urbana, etcétera. La población rural puede definirse como la que proviene de centros de población menores a dos mil 500, cinco mil o diez mil habitantes, y que posee ciertas características. En cuarto lugar, esta hipótesis puede probarse a través de diversas técnicas, por ejemplo, la encuesta por muestreo o la observación participante. Si hay posibilidad de tener un control sobre las unidades de análisis y variables aleatorias, la hipótesis podría probarse mediante la experimentación, aunque, como se verá más adelante, existen en ciencias sociales diversos problemas metodológicos y éticos para realizar un experimento. Si la hipótesis mencionada se confirma para la población objeto de estudio se estará en posibilidad de hacer predicciones, a nivel probabilístico o de tendencias, para otras situaciones similares.
Por ejemplo: Si en X ciudad viven personas que provienen de áreas rurales y bajo estas condiciones socioeconómicas … , existe X probabilidad de que rechacen las normas y patrones socioculturales de los sectores urbanos. En la hipótesis expuesta anteriormente se observa una correlación bivariada (X- Y); es decir, una relación entre dos variables únicamente.
Esto en la realidad concreta es poco frecuente que se observe por las razones expuestas en el capítulo anterior. Por ello, en la práctica puede haber hipótesis cuya estructura contemple modalidades como las siguientes: l. La presencia de variables intervinientes que modifican sustancialmente la relación entre la variable independiente y la dependiente. »La marginación socioeconómica de la población rural que llega a vivir a las ciudades influye en la conformación de sus actitudes de rechazo hacia las normas y patrones socioculturales de los sectores urbanos, siempre y cuando el comportamiento de estos grupos urbanos altere la organización familiar y comunal de aquélla».
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