Podemos definir a la sintaxis como la parte de la gramática que se encarga de estudiar la distribución, combinación y orden de las palabras para poder formar oraciones completas y que tengan sentido dentro de un escrito. Para lograrlo, propone distinguir los componentes de la oración, a saber, sujeto y predicado.
Pongamos un ejemplo para mejor comprensión. Si tenemos el enunciado:
“El abogado ganó un caso muy complejo”, podemos afirmar que el sujeto lo conforma la frase “El abogado”, mientras que el predicado es “ganó un caso muy complejo”.
Para respetar las reglas de la sintaxis es fundamental que exista concordancia de género y número en el sujeto, por lo que si alguien escribe “El abogados” o “El abogada”, está cometiendo un error.
Ahora bien, el predicado encuentra su núcleo en la acción realizada por el sujeto, es decir, en el verbo. En el ejemplo concreto la acción es “ganó”, que implica que la acción se realizó en el pasado. Los predicados no sólo contienen verbos, sino también complementos, que sirven para explicar las acciones o modificarlas. En nuestro ejemplo el complemento está representado por “un caso muy complejo”. En la ciencia jurídica resulta indispensable el estudio de la sintaxis porque de su corrección depende la posibilidad de construir argumentos sólidos. Si no existiera concordancia en los sujetos y predicados y en la relación planteada entre ambas, los enunciados que conformen el texto serán ininteligibles, por lo tanto, no lograremos el propósito del fenómeno comunicativo.
Aguado Terrón, Juan Miguel, INTRODUCCIÓN A LAS TEORÍAS DE LA COMUNICACIÓN Y LA INFORMACIÓN, Universidad de Murcia, 2004.