La semántica se encarga de estudiar, dentro de la gramática, el significado de las palabras y de las expresiones.
La ciencia jurídica, como el resto de las ciencias, corre el riesgo de caer en vaguedades, ambigüedades y expresiones polisémicas, es decir, en conceptos que se confundan entre sí o palabras que tengan diferentes significados, en función del contexto.
Para resolverlo, vale la pena revisar las reglas que los lingüistas han construido para garantizar la corrección de las expresiones.
La vaguedad puede ser intencional o extensional; la primera es aquella en la que no pueden identificarse las propiedades necesarias para determinar el significado de un término; mientras que la segunda implica que es imposible determinar si un término se aplica de manera correcta por la existencia de objetos o situaciones que lo impiden.
Por otro lado, la ambigüedad puede ser semántica o sintáctica. La primera implica homonimia o polisiemia; es decir, en la homonimia encontramos dos palabras iguales con significados diferentes; mientras que en la polisemia, el problema estriba en que una misma palabra tiene dos o más significados. La ambigüedad sintáctica tiene que ver con la indeterminación en el antecedente de un enunciado, por lo tanto, es imposible arribar a una conclusión lógica.
Aguado Terrón, Juan Miguel, INTRODUCCIÓN A LAS TEORÍAS DE LA COMUNICACIÓN Y LA INFORMACIÓN, Universidad de Murcia, 2004.